jueves, 19 de junio de 2014

Ya está, ya se fue

He estado pensando -mucho-;
yo que estuve presente y lo viví en tercera persona.

Os cuento.

Esta tarde le llamó y le prometió que le iba a dar una alegría, que le haría feliz.
Entonces ella se secó las lágrimas y se centró en sí misma con la idea de esforzarse para luego ser recompensada con su presencia.
Entonces ella le esperó.
Y le esperó....

Y llegó un tío que se parecía mucho -de verdad, se parecía muchísimo-
igual de alto, el mismo color de ojos, la misma nariz, ¡hasta el estilo de vestir era el mismo!
Incluso ella pensó que era él, pero no lo era.
Y se quedó esperando...

Y entonces este que os decía, se le acercó y le dijo unas cuantas cosas. 
Pero ella no escuchaba, solo miraba detrás de él,
a ver si llegaba el verdadero él, el único.
Pero ya está, ya se fue.


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