lunes, 31 de octubre de 2011

memoria

- mira lo que te he traído hoy. para que lo veas, mira. son mis hijos, este es el mayor. el moreno de piel que tienen es de su padre, mi marido no es de aquí.
la foto era grande, y se apreciaba lo que ella me decía.
- se parecen a ti.
volvió a guardar la foto y empezamos a entablar una conversación extensa y compleja acerca del existencialismo y de los últimos autores estudiados en la clase que yo había tenido. ella, sin ser mi profesora actualmente, debatía con total intensidad, manteniendo la postura contraria a la mía.
pudieron pasar unos treinta minutos.
[...]
- en fin, hablemos de cosas importantes. mira lo que te he traído hoy. es la foto de mis dos hijos...
desconecté. no sabía como interrumpirle. estaba volviendo a enseñarme lo que hacía una hora escasa ya había hecho.
me di cuenta de que no todo dura para siempre, de que su memoria era frágil y que la dureza del tema que anteriormente estábamos discutiendo se partió en mil pedazos dentro de mi. las lágrimas brotaron de los vértices de mis ojos, noté las pestañas mojadas mientras ella seguía señalando la fotografía, sonriendo, satisfecha, orgullosa.
- Julia, odio interrumpirte, pero ya me has enseñado esto antes...
[...]
con una sonrisa se disculpó y rió, afrontando de frente todo lo que poco a poco ella sabía que le vendría encima.

lunes, 24 de octubre de 2011

"si quieres algo, y quieres conseguirlo

no se lo digas a nadie
hazlo por tus propios medios, y así, si no puede ser, adquieres dos ventajas.
la primera es que recuperas la energía que has gastado en intentar conseguirlo en silencio.
la segunda, es que no tendrás que dar explicaciones a nadie de por qué no lo has conseguido."


e. carrión

sábado, 22 de octubre de 2011

no hizo falta un adiós, para saber que así era

un escalón tras otro, lento, muy lento
alejandonos del suelo, parecía que ibamos a desaparecer siendo devorados por los enclajes mecánicos

nadie dice nada y el silencio también calla
y a la hora de decir adiós, no hizo falta, se cubrió con un "hasta luego"
un luego que posiblemente nunca llegaría. hasta nuevo aviso
"hasta que el semáforo se vuelva a poner en verde" - me dijo.
aún sabiendo que estaba en un rojo infinito y que nunca me dejaría cruzar la calle.

martes, 18 de octubre de 2011

se hizo un punto y a parte

La espera se hizo eterna.
La oscuridad, su amiga.
Las luces de colores, que iban y venían, le torturaron la mirada.

de manera que cuando ella llegó, ni siquiera pudo verla

jueves, 13 de octubre de 2011

lunes, 10 de octubre de 2011

tantas historias, y al final sólo importa una

Las puertas del autobús se abren mientras que un ticket comprado por una señora con un jersey violeta se cae al asfalto, formando parte inmediatamente de él, debido a un coche, que pasa por encima y no lo ve. Dentro del coche, el hombre que conduce, le explica a su hija qué significan las señales que tienen forma triangular y ésta mira hacia el parque, donde las palomas vuelan y se posan en un banco. En éste, él, que está agobiado, saca la guitarra y prueba si la melodía que tarareaba queda bien con la letra que escribió antes en la moleskine; mira a un lado y hacia el otro, puede cantar, aunque bajito. Se levanta, guarda la guitarra y se la cuelga a la espalda, se dirige hacia la parada de autobús más cercana, y allí, a la vez que ella guarda su cuaderno en la maleta para poder disponerse a salir, donde minutos antes, un ticket de bus fue aplastado sin que nadie le echase de menos, el autobús (que no el mismo) se para en el mismo sitio. Se abren las puertas de nuevo, por la puerta que está más a la derecha entra él, golpeando sin querer a la mujer que se hallaba sentada en primera fila con la funda de la guitarra. Por la puerta que está en medio del autobús, sale ella. Se le cae el ticket. Dentro.

Casualmente ella es la única que se ha bajado en la misma parada. Ni se miran, pero cuando él se va a sentar, encuentra un ticket en el suelo. Se agacha y lo coge. ¿Quién recoge un ticket del suelo? ¿Del suelo de un autobús? No lo habría hecho si en él no encontrase algo escrito a bolígrafo. El autobús arranca y casi se cae. La guitarra golpea el suelo y todo el mundo se gira. Se apoya en la ventana y busca a la propietaria del ticket a través de ella y, entre toda la gente que va andando a toda velocidad cruzando la plaza de un lado a otro, la ve. Gracias a lo que acaba de leer la reconoce.

Sí. La ha visto. Ahora ningún obstáculo podrá detenerlo para hacer que las coincidencias vuelvan a unirse de nuevo.

Siguiente parada.

Se baja.

(Y en ese instante, la mujer del jersey violeta sonríe porque por fin ha llegado a casa; el padre, satisfecho por haber mantenido unos minutos de conversación con su hija, aparca y le ayuda a bajarse del coche y a desabrocharse el cinturón de seguridad y las palomas, deciden abandonar el parque hasta el día siguiente.
)

martes, 4 de octubre de 2011

amé como nadie las palabras que así se iban en el aire
pero aún más amé los silencios

domingo, 2 de octubre de 2011

Querido Ted Mosby:

hacía mucho tiempo que seguía algunos de tus consejos. siempre me había fijado en los detalles, pero desde que tú tenías teorías deterministas acerca de los mismos, lo hacía aún más.
incluso creí que podrían ayudarme a decidir, junto con las casualidades. (algunos lo hicieron)
llegué, incluso, algunas noches, a cerrarlo todo, incluso los ojos justo a la 1:59 para que nada pudiese perjudicarme.
pero, después de exactamente seis temporadas,
el otro día pasó algo grande. muy grande.
mucho después de las dos, mucho. estoy segura
así que, querido Ted Mosby,
después de las 2 de la mañana, siento decirte esto y acabar rápido con tu demostración,
pero.. también pueden ocurrir cosas buenas.