Lección 2:
No salgas de tu habitación. El mundo sólo te traerá desesperación
viernes, 21 de junio de 2013
vidrieras
Levanté la vista, entorné los ojos y la luz entró en mi mirada a modo de vidriera,
las lágrimas se hicieron cristales, pero de colores al verte.
Sin decirte nada, entendiste lo que pasaba,
y antes de que el último pedazo de cristal cayese, lo sujetaste entre tus brazos.
Y a mí contigo.
las lágrimas se hicieron cristales, pero de colores al verte.
Sin decirte nada, entendiste lo que pasaba,
y antes de que el último pedazo de cristal cayese, lo sujetaste entre tus brazos.
Y a mí contigo.
sábado, 15 de junio de 2013
vuestro puzzle
Me gusta escuchar la historia
de cómo entré a formar parte de vuestro puzzle. El laberinto de piezas que encajan perfectamente y que gracias a las mismas yo he llegado a tener mi sitio.
No soy la pieza fundamental, eso está claro, pero si estoy cerca de las fundamentales, porque encajan conmigo.
de cómo entré a formar parte de vuestro puzzle. El laberinto de piezas que encajan perfectamente y que gracias a las mismas yo he llegado a tener mi sitio.
No soy la pieza fundamental, eso está claro, pero si estoy cerca de las fundamentales, porque encajan conmigo.
miércoles, 12 de junio de 2013
domingo, 9 de junio de 2013
miércoles, 5 de junio de 2013
palabras-desastre
las palabras resuenan en mi cabeza de la misma manera que retumban las canciones en mi cuarto, pero éstas palabras, emitidas por otras bocas, abocan al desastre
a la tragedia, a una sinfonía que termine en una nota disonante,
a un poema que acabe en una coma,
un concierto de alguien que termina cantando quedándose en la mitad de la última palabra.
yo no estoy preparada para eso, o sí, y quizás prefiero estos tres últimos ejemplos a esas palabras
y la comparación es incorrecta
porque esas palabras ni son sinfonía, ni son poemas, ni conciertos, ni palabras cantadas.
son palabras-desastre, que aparentemente parecen no decir nada pero acaban diciendolo todo
quemando todo brote de pensamiento que nace en mi cabeza
a la tragedia, a una sinfonía que termine en una nota disonante,
a un poema que acabe en una coma,
un concierto de alguien que termina cantando quedándose en la mitad de la última palabra.
yo no estoy preparada para eso, o sí, y quizás prefiero estos tres últimos ejemplos a esas palabras
y la comparación es incorrecta
porque esas palabras ni son sinfonía, ni son poemas, ni conciertos, ni palabras cantadas.
son palabras-desastre, que aparentemente parecen no decir nada pero acaban diciendolo todo
quemando todo brote de pensamiento que nace en mi cabeza
domingo, 2 de junio de 2013
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