miércoles, 29 de diciembre de 2010

memorias de casi fin de verano

tras un quiosco
un abrazo
y un autobús.
y un billete de ida, pero no de vuelta

noche 2/6 :segundo sentido: oído

considero tu voz uno de los mejores sonidos del mundo. que en aquel momento decían en un tono más bajito cosas sin sentido, que aún así, me hacían feliz.
muy, muy feliz.
y las repetías, junto a mi nombre, separadas, más alto, más bajas.
mientras te intentaba sostener la mirada entre tanta gente.
no hizo falta que agudizara el oído.
no hizo falta para darme cuenta de,
que podría entre miles de personas escucharte y encontrarte, con los ojos cerrados.

domingo, 26 de diciembre de 2010

noche 1/6 :primer sentido: vista

las miradas se sostuvieron durante segundos.
la música que allí sonaba desapareció por unos instantes y mi mirada pudo captar la imagen para que durara los siguientes segundos. intentó grabarla en la memoria para poder recurrir a ella cuando no estaba. y así consiguió, al menos por esta noche.
aquellos minutos sostenidos, o el único minuto sostenido, lo dijo todo.
y eso que nosotros no dijimos nada.
la verdad es que me di cuenta de que tus ojos son inexplicablemente expresivos.
que a simple vista no transmiten nada,
pero que en aquel momento me hizo sentir como en casa.

(contigo)

viernes, 24 de diciembre de 2010

te quiero a perder.

no sé que hago buscándote en cada esquina. cada sombra, si sé de antemano que no vas a aparecer.
tampoco sé como puedo llegar a echarte tanto, tantísimo de menos.
dime,
¿podrías dejar de pintarlo todo tan frío?
me parece una estupidez todo esto.
es decir, ¿no ves que aún, a pesar de que pasen las horas, los días, incluso semanas, voy a estar esperándote? me has ganado. hace mucho que me has ganado. y no me importa perder, esta vez no.
podría perder todas las veces posibles, porque sé que en vez de: you are a loser , me dirás: te quiero.
así sabe hasta dulce ser perdedora.
así me gustaría ganarte perdiendo.
te quiero a perder.

sábado, 18 de diciembre de 2010

jueves, 16 de diciembre de 2010

oh darling

- ¿sabes? he estado pensando.
- ¿ah sí? ¿en qué?
- en que me veo fuera de ti.
- eso es imposible.
- ¿por qué?
- porque estás en mi cabeza, día y noche. a todas horas, en todo momento. cualquier palabra, cualquiera me recuerda a ti. estás dentro, tienes hasta tu habitación.
- pues, veo que es también un poco imposible.
- ¿por qué?
- todas mis cosas no caben ahí.
- no te hace falta nada más.
- si es cierto que estoy dentro de ti, no.
- lo estás.
- ¿se vive agradable ahí dentro?
- puedes comprobarlo.
- vale, ya me habías convencido con el primer te quiero.
- ¿de qué?
- pues... que quiero mudarme a tu cabeza.

lunes, 13 de diciembre de 2010

maniquís I

fijamente tras el cristal.
con una música cutre navideña de fondo
era el único que no tenía ojos, se los cubría un sombrero, y miraba hacia el suelo.
¿qué clase de maniquí es aquel, que en vez de mirar con la cabeza erguida, mira hacia el suelo?
quizá no quería ser un maniquí navideño,
quizá estaba ausente, sin mirada, porque se había dado cuenta que no podía esconderse tras un escaparate de cristal.

historias de metro: la mujer dormida

dormía dormía y dormía.
y se pasaba una parada y otra, durmiendo. soñando.
yo miraba el paisaje, intentando trasladarme a un mundo parecido al que estaría viviendo aquella mujer, pero sin irme de parada. sin irme del todo.
fue entonces, de un momento a otro,
como la mujer dormida desapareció. como por arte de magia.
un visto y no visto.
probablemente se había ido,
no a su destino, si no a su mundo de los sueños.

sábado, 11 de diciembre de 2010

ya tengo mi calendario de adviento

y me he comido el 1, el 2, el 3...
se supone que tengo que ponerlo al día.
tras comerme el 7 volviste.
ahora por si acaso, no quiero comérmelos todos,
por si es verdad que tras comerme uno vas a volver, y después ya no vuelvas.
tenemos hasta el día 24
feliz navidad no,
feliz nosotros.

jueves, 9 de diciembre de 2010

la chica fotogénica.

se había pintado los labios de rojo. rojo fuerte.
el pelo perfectamente liso le rozaba los hombros. los ojos no muy negros, pero muy pintados. sus ojos azules resaltan con cualquier cosa, al fin y al cabo. su falda era muy corta, demasiado para su edad,
y el escote, justo para pensar que tenía varios años de más.
tacones altos, muy altos, le añadían 10 centímetros a su altura.
sus uñas rojas a juego con los labios resaltaban en la bolsa de plástico que llevaba en la mano derecha.
¿qué llevaba en la bolsa un viernes por la noche?
qué otra cosa iba a ser: alcohol.
esta vez no había comprado hielo, por si se derretía sin usarse como la última vez.
la última vez que dejó caer la botella medio llena al suelo cuando le vio llegar. la última vez, que había salido corriendo con el pelo no tan liso como hoy, con los ojos aún más negros, pero porque el rimel había hecho de las suyas. sin esmalte de uñas.
junto a la botella acabó ella en el suelo, de rodillas.
pidiéndole a la noche, menos estrellas para que no se le viera tanto, lluvia para mojarse y un helado. como ésos de limón que hacía años que no comía. pero que nadie le dio, como la felicidad, que desde entonces anda buscándola sola.
¿os digo un secreto?
su vida es un secreto.

viernes, 3 de diciembre de 2010

diezembre

encuéntrate conmigo por casualidad
aparece del fondo del pasillo.
ábrete paso entre la gente.
disimula no haberme visto con tu sonrisa,
y esconde lo que tu mirada no puede esconder.
arrastra los pies y lleva contigo mis sonrisas pegadas a tus zapatos,
bosteza, ríe, llámame,
di "contigo", pero más aún "conmigo";
haz que me sienta segura,
acelera el tiempo, o relentízalo,
oculta los ojos verdes o azules que vienen detrás
y hazte aún más grande que el mundo.
encuéntrate conmigo por casualidad