lunes, 28 de marzo de 2011

1 de 17

y a las 00.00 exactamente me despedí en silencio de mis 16, sola, en una habitación con las paredes fucsia fuerte, que no era la mía.
miré el reloj, efectivamente, también estaban ahí las doce.
miré el móvil, pero no, nadie se había acordado de mandarme un sms o un toque. una llamada. estaban todos en aquella fiesta, preocupados en pasarselo bien y estar pendiente de qué y cuánto bebían, ya habría tiempo para felicitarme.
miré su foto, allí estaba inmóvil, días atrás, y sus ojos.
entonces llega ella, se sienta a mi lado al borde de la cama, y está preocupada. preocupada por las consecuencias de haberse enamorado, que siempre se teme correr, pero se enamora igualmente. le encanta enamorarse sobre todo si es de él, obviamente. yo la escucho, le aconsejo, le sonrío.
me mira, en un intervalo de tiempo, veo que alguien me ha dejado un mensaje, lo leo en voz alta y entonces, a las 00.10 ella da un grito y un salto. me abraza, me canta cumpleaños feliz y casi me asfixio, me quedo sin aire de ese abrazo.
y ya no me acuerdo de por qué no quería cumplir o de si alguien en ése momento no se ha acordado de mí
si no de que estoy ahí y ella sí.

viernes, 25 de marzo de 2011

miércoles, 16 de marzo de 2011

ya sé que no queda nada de mí

ni en ti, ni en mí misma
lo di todo por ti.
bueno, miento
sí que queda
un sms olvidado en la bandeja de entrada de tu móvil, donde hace muy poco, pedía que volvieras
¿y volviste?

lunes, 7 de marzo de 2011

caperucita roja

se siente tan sola. sólo está el suelo y ella, no mira hacia otro lado. la música le sumerje en un sitio lejos de allí, que es donde sólo tiene ganas de estar.
entonces, de repente,
empieza a llover, no muy fuerte, pero sí gotas frías
y ella, mientras escucha la música, sube el volumen, acelera el paso
se sube la capucha roja y aprieta el pañuelo en su cuello
y no se da cuenta, nadie se da cuenta,
entre tanta gente ella casi corre, casi vuela
y empieza a llorar.
se siente tan sola.
está sola

domingo, 6 de marzo de 2011

a e i

la primera nerviosa como si el primer día de colegio se tratase (o de instituto), sólo sabe reír y decir tonterías. me da un abrazo fuerte, muy fuerte, y se despide de ella así. la veo alejarse, a punto de vivir una de las noches de su vida con la sonrisa en la cara, que esconde un: "perdóname por irme, volveremos a vernos en una semana/
estoy enamorada, muy enamorada/
gracias por estar ahí a las tres"
.
la segunda, demasiado temprano para su gusto, me abraza en silencio, y para nada convencida se aleja, sube los escalones, y antes de terminar de marcharse me mira. veo en ella tantas risas como las que ella ha producido esa noche. pestañea, y se va.
la tercera, suelta un 'muchas gracias' abre la puerta con torpeza y entra.
sonríe. y, con la mano bien alta, dice un adiós.
lo mejor, es que yo sé, que esa sonrisa y ese adiós están camuflados de un hasta pronto o hasta luego.

son ellas,
a las personas que les debo tanto,
y que se me van de los dedos con el tiempo,
que a su lado,
pasa tan deprisa que da vértigo