Y te desperezas, me agarras por detrás
Y ¡qué suerte! ¡Ay, qué bien!
Que aún es de noche
Y hay tiempo para un paseo de madrugada,
De un cigarro, de observar las palomas dormidas de los balcones.
Qué bien, que aún es de noche.
Y decido quedarme quieta y no moverme
Observar tu imagen y congelarla
Y quedármela para siempre
Y quedarte para siempre
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