domingo, 25 de diciembre de 2016

ande, ande

Desde lo más profundo de su alma salió la voz, cantándole a Huelva.
Desde mis ojos, casi al mismo tiempo, brotaron lágrimas; la emoción recorrió mi cuerpo, la alegría y la pena.
Yo después les canté Historia de un amor, con la mano en el corazón y los ojos cerrados. Juro que la canté de verdad, intentando hacer justicia, intentando que sonara perfecta, acorde a ese amor que no he conseguido explicar nunca.
Disfruté con la impotencia de no poder guardar ese momento en mi mente a la perfección, con la impotencia de no poder sujetar ese amor que se está consumiendo cada día, que se cae, que lucha, que sobrevive.

La vida es demasiado corta, bonita y triste.
No me va a dar tiempo a vivirla contigo.

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