domingo, 4 de mayo de 2014

¡Boom!

- A ver, cuéntame desde el principio. Pero deja de llorar. - le dije, colocando una mano en su mejilla.
- El principio estaba claro, todo empezaba a ir muy bien, genial... Nos lo pasábamos muy bien y a mí me encantaba que cada vez se pusiera más y más guapo.
- ¿Y...?
- Y nada. No hay más. Continuamos pasándonoslo bien hasta que ¡boom! primera pelea. Y luego, ¡boom! otra, y ¡boom! otra... El problema es que yo lo conocía desde el principio, ¿sabe? yo siempre lo vi venir. Yo sabía que estaba hecho de otros problemas, otro corazón, otras noches que no fueran sólo mías.
- ¿Quieres decir... que se enamoró de otra? - pregunté, acercándome más; pues cada vez susurraba más bajito las palabras.
- No exactamente. Yo sé que me quiere.
- ¿Cómo? Si desapareció, ¿no?
- No lo sé, nunca lo he sabido del todo. Se esfumó de pronto una noche que confundió un mundo con otro, una noche en la que estaba muy borracho. Yo lo vi venir, yo lo vi venir... Y le esperé, y esperé, y me quedé dormida.
- ¿No te explicó?
- Sí, sí, pero poco había que hacer, después de tantos ¡boom!s...
- Entiendo; pero qué raro, tú, conociéndole tan bien... - le dije, sorprendida y aún sin creérmelo.
- Exacto. Le conozco perfectamente y conozco cada uno de sus movimientos. Precisamente por eso, yo sabía que esto pasaría. Él en el fondo también lo sabía, pero no me conocía a mí como para saber hasta qué punto estallaría el último
¡boom!
en mi corazón.
Y ahora que ya no tengo corazón, ya no puedo enamorarme más

No hay comentarios:

Publicar un comentario