domingo, 16 de diciembre de 2012

este año, la navidad no me gusta.


Si ya de por sí, el año pasado no me gustaba, este año prometo que ya es muchísimo menos.
Me he dicho a mí misma, que no felicitaré a nadie esta vez, no hará falta porque a quién quiero sabrá que lo felicito sin decirle nada, porque estaré ahí.
No creo que haya nada diferente con respecto a años anteriores; diciembre sigue siendo un mes decepcionante, enero intenta arreglar su desastre pero no lo consigue... Y encima este año está toda la historia esa del fin del mundo, ¿quieres ser más guay por ello, diciembre?
Nunca te he pedido nada, diciembre. El año pasado yo no quería regalos y ni siquiera eso me concediste. No me concediste la única cosa que quería, incluso la única cosa que hubiese querido durante años posteriores. Este año no voy a pedir nada, porque he descubierto que no se cumple lo que pides. Tan sólo en lo material.
Y yo de materia ya tengo bastante.

Si de verdad quieres hacerme un buen regalo, diciembre; si de verdad quieres arreglarlo, enero; limitaros más a las personas y menos al dinero.

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