lunes, 31 de octubre de 2011

memoria

- mira lo que te he traído hoy. para que lo veas, mira. son mis hijos, este es el mayor. el moreno de piel que tienen es de su padre, mi marido no es de aquí.
la foto era grande, y se apreciaba lo que ella me decía.
- se parecen a ti.
volvió a guardar la foto y empezamos a entablar una conversación extensa y compleja acerca del existencialismo y de los últimos autores estudiados en la clase que yo había tenido. ella, sin ser mi profesora actualmente, debatía con total intensidad, manteniendo la postura contraria a la mía.
pudieron pasar unos treinta minutos.
[...]
- en fin, hablemos de cosas importantes. mira lo que te he traído hoy. es la foto de mis dos hijos...
desconecté. no sabía como interrumpirle. estaba volviendo a enseñarme lo que hacía una hora escasa ya había hecho.
me di cuenta de que no todo dura para siempre, de que su memoria era frágil y que la dureza del tema que anteriormente estábamos discutiendo se partió en mil pedazos dentro de mi. las lágrimas brotaron de los vértices de mis ojos, noté las pestañas mojadas mientras ella seguía señalando la fotografía, sonriendo, satisfecha, orgullosa.
- Julia, odio interrumpirte, pero ya me has enseñado esto antes...
[...]
con una sonrisa se disculpó y rió, afrontando de frente todo lo que poco a poco ella sabía que le vendría encima.

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