sábado, 25 de junio de 2011

ford rojo brillante

esta noche íbamos en el coche, escuchando la música.
entonces él la ha bajado para contarme una historia en el mismo escenario por donde íbamos, años atrás:
recuerdo una de las veces en las que quedé con tu madre, yo tenía un ford rojo, flamante, de la época, recién comprado. más brillante que el mercedes que después tuvimos, ¿te acuerdas? era un rojo mucho más vivo. entonces, la recojí, y le pregunté:
- ¿a dónde quieres ir?
a lo que me respondió:
- a ninguna parte.
puso el cd que llevaba en el coche, en el equipo de música que no sonaba ni de lejos como éste, tenía que llevarlo yo y quitarlo y ponerlo según su uso. la música empezó a sonar y me preguntó:
- ¿por qué no nos quedamos por aquí, y damos vueltas? me gusta esto.
y así hicimos. yo conduje muy lento, nos quedamos así: dimos vueltas escuchando las canciones de su disco durante todo el tiempo que salimos aquella noche.

me pareció por un momento estar en ese coche y sonreí

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