Es enorme.
Físicamente.
Anda y todo tiembla. A veces siento miedo.
Luego intenta pisotearme, pero le sale fatal.
Qué tonta. No te ha tocado lo mejor del mundo, sólo tienes un poco de suerte.
Pero niña, la suerte cambia,
créeme,
y cuando todo se de la vuelta;
cuando te veas bocabajo y llorando a tu amor verdadero,
siguiendo los topicazos de amor en los que tú nunca habías creído
-pidiendo que vuelva, que te bese-
cuando no lo haga y te veas sola como siempre has estado;
sólo entonces pedirás clemencia
y yo aprovecharé que has tropezado.
Estoy esperando.
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