Tan fácil como
pararse en medio de tanta gente, llevarse las manos al pecho, tirar fuerte de la piel -fuerte, fuerte-, apretar los dientes, asomarse dentro, dejar a un lado los pulmones, el orgullo, pasar por encima del dolor, dejar salir el alma, dejar salir a sí mismo, que salga y que grite y que hable y que sea.
Que sea.
A mí me encanta serlo.
Tú también puedes.
Tan fácil cómo.
¿no ves lo fácil que es?
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