sabes que te han roto el corazón cuando no puedes ni llorar
y te contienes, sujetando los pedazos junto a las lágrimas de tus ojos
para no debilitarte y sentirte inferior
pero lo sabes, lo asumes y eso es lo que realmente duele
que tienes que sujetar tu corazón para que no se rompa aún más
y peor aún, que exista la posibilidad de que se rompa sabiendo que, detrás de esta vez, vendrán muchas más.
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