martes, 3 de enero de 2017

hay que entretener al necio

Son las 4:14 porque no me puedo dormir.
Voy al servicio. 4:16. Ya he vuelto. Desconecto el móvil porque ya está al 100%. Ya.
Estoy despierta porque llevo horas escuchando en mi cabeza los pensamientos callados -y también los altos- de la gente que una vez me apreció.
Nunca me han dicho todo lo que están pensando ahora, pero sin embargo sé que ya no canto bien, ni les gustan mis botines Nike, ni van volver a un concierto, ni soy guapa. Ya no soy ninguna de esas cosas.
Retumban tan fuerte en este silencio nocturno que casi me creo todas esas cosas que dicen estar mal.

Como no hay manera de callarlas -de callar esas voces chillonas- he metido a Lope de Vega en mi cama, y he dejado que me leyese El Arte Nuevo De Hacer Comedias.

Ha concluido diciendo
"[...] sustento, en fin, lo que escribí, y conozco
que, aunque fueran mejor de otra manera,
no tuvieran el gusto que han tenido,
porque a veces lo que es contra lo justo
por la misma razón deleita al gusto."

Y con esa elegancia termina de hablarle a España, y también, por supuesto, al vulgo. Yo he saboreado las palabras y las he pensado igual, por fin mi pulso se ha relajado y el mensaje invisible ha sido enviado a las mentes necias. Igual es por eso que no lo entienden. Porque no lo ven.

Son las 4:29, beso a Lope y por fin,  sí. Buenas noches.

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