Corríamos por los pasillos
a toda velocidad
yo te seguía a ti
tú me seguías a mí
las risas resonaban por toda la casa.
Faltábamos fuera
y todos lo sabían. Nos seguían con la mirada
no importaba si ya no cantaba,
si la guitarra sonaba sola;
tú y yo lo queríamos
pero inalcanzable
y en el aire.
Corríamos detrás de nosotros mismos,
detrás del aire.
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