Ahora, cuando te veo, es como si no te conociese.
Como si no supiera quién eres, tu apellido, tu cumpleaños, tu edad. Como si todo lo que me dijiste nunca hubiera salido de tu boca, como si tu boca nunca hubiese besado aquellas muchas. O a aquella.
Como si los días se hubiesen borrado del calendario, y así desapareciesen años; como si cada gesto retrocediese en el tiempo al momento de antes de producirse y eliminarse. Como si las tecnologías hubiesen querido ponerse en contra y borrado cada letra de los sms y mensajes. Como si cada jueves a las once yo nunca te hubiera esperado; cada mentira, una verdad absoluta invisible; cada cerveza, oxígeno y cada viaje en metro o en aquel taxi, como si no hubiesen existido.
Es como si yo nunca hubiese soñado contigo en los sueños que recuerdo y así quiero que se conviertan en los sueños que sólo recuerdas al instante de despertar. Como si nunca me hubieses retenido en un abrazo, o dado la mano para hacerme saber que estabas ahí. Como si cada sonrisa y risa se borrasen de mí; como si todo lo que me dijiste lo hiciste para que no fuera feliz.
Ahora, cuando te veo, es como si no te conociese.
Sólo te conoce ella.
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