la primera nerviosa como si el primer día de colegio se tratase (o de instituto), sólo sabe reír y decir tonterías. me da un abrazo fuerte, muy fuerte, y se despide de ella así. la veo alejarse, a punto de vivir una de las noches de su vida con la sonrisa en la cara, que esconde un: "perdóname por irme, volveremos a vernos en una semana/
estoy enamorada, muy enamorada/
gracias por estar ahí a las tres".
la segunda, demasiado temprano para su gusto, me abraza en silencio, y para nada convencida se aleja, sube los escalones, y antes de terminar de marcharse me mira. veo en ella tantas risas como las que ella ha producido esa noche. pestañea, y se va.
la tercera, suelta un 'muchas gracias' abre la puerta con torpeza y entra.
sonríe. y, con la mano bien alta, dice un adiós.
lo mejor, es que yo sé, que esa sonrisa y ese adiós están camuflados de un hasta pronto o hasta luego.
son ellas,
a las personas que les debo tanto,
y que se me van de los dedos con el tiempo,
que a su lado,
pasa tan deprisa que da vértigo
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