él la hacía dar vueltas y vueltas sobre sí misma para después darle un beso.
ella reía hasta no poder más, flexionaba las rodillas y saltaba. saltaba sobre sus brazos, saltaba de línea a línea de las baldosas del suelo.
él, sin soltarla se separaba un poco de ella y suavemente tiraba de su mano para atraerla hacia sí y se unían en un abrazo. y después un beso.
convirtieron el suelo en la pista de baile más bonita, de pronto, la música que por allí sonaba había dejado de sonar. se deslizaban acariciando el suelo, repletos de abrazos, sonrisas, risas e ilusiones.
amor en los ojos, en las manos, en los pies. amor en cada vuelta, amor incluso con los ojos cerrados.
después, se alejaron felices de donde se encontraban,
dejando en el aire partículas de envidia que todos respiramos.
ppppff....pura envidia
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